Volvemos con una nueva edición sobre etiquetado de productos, en esta ocasión para conocer mejor los sellos de comercio justo. Porque en Ecoturra creemos que una de las formas de influenciar nuestro entorno tiene que ver con qué consumimos y qué tipo de economía promovemos con ello.
Si en su momento os hablamos de los productos libres de crueldad animal y de cómo diferenciar entre productos bio, eco, orgánicos y sostenibles, hoy queremos hablar sobre el comercio justo y enseñaros algunas de las etiquetas cada vez más habituales que encontramos al hacer la compra.
El comercio justo se refiere a las relaciones que se establecen entre productores y consumidores de forma equitativa, es decir, en la que se priorizan la obtención de beneficios sociales y medioambientales por encima de los habituales criterios comerciales (enriquecimiento, rentabilidad, explotación…).
Las pautas generales para que un producto se considere de comercio justo son garantizar condiciones dignas para los productores (salarios decentes, sin explotación infantil), la sostenibilidad del entorno (cuidado medioambiental y producción autóctona) y facilitar la llegada de los productos al mercado (evitando intermediarios, informando a los consumidores, promocionando los productos).
Durante años han sido las ONGs las principales promotoras de este tipo de comercio, que supone una forma de trabajar sobre el terreno con comunidades que adquieren independencia económica de forma sostenible con su entorno. Pero en los últimos años han surgido asociaciones que promueven el comercio justo a través de certificaciones que ayudan a identificar los productos independientemente del punto de venta en el que se encuentren.
Se trata de un sello para productos éticos emitido por la organización sin ánimo de lucro Fairtrade International que certifica la elaboración y comercialización de productos de forma justa y sostenible. Es decir, el sello Fairtrade implica la supervisión de toda la cadena de producción y venta, y garantiza que en todo ese proceso se cumplen criterios sociales, medioambientales y económicos no perjudiciales para las personas productoras y su entorno.
Las distintas etiquetas Fairtrade indican si el producto cumple todos esos criterios o si lo hace alguno de sus ingredientes. En general se certifican productos alimenticios, pero también existen otros específicos como el oro o el algodón.
El sello de Comercio Justo de la Organización Mundial del Comercio Justo (World Fair Trade Organization, WFTO) hace un trabajo de trazabilidad de los productos para asegurar los derechos de los productores y promover el desarrollo sostenible.
Los principios en los que se basa este sello de comercio justo son algunos de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la Agenda de la Unión Europea para 2030 como acabar con la pobreza, luchar contra la desigualdad entre géneros o la preservación del medioambiente.
Conocerás a esta pequeña ranita porque aparece en todo tipo de etiquetas e incluso en pegatinas en establecimientos, pero ¿qué es la Rainforest Alliance?
Se trata de una certificación tanto para productos como para servicios y empresas que cumplen ciertos criterios de salud medioambiental, económica y social. A día de hoy las certificaciones de Rainforest Alliance se otorgan a productos de agricultura y silvicultura y a servicios y alojamientos turísticos.
La organización Ecocert se dedica a la certificación de productos a través de distintos tipos de sellos medioambientales y sociales. En el caso que nos ocupa hoy, debemos mencionar el sello de comercio justo de esta organización: Fair For Life.
Este sello se centra especialmente en garantizar condiciones laborales dignas y seguras para los productores sin incluir, como en los casos anteriores, criterios medioambientales. Podemos encontrarlo en productos agrícolas, cosméticos, de higiene, artesanales y textiles en los que, al menos, el 80% de sus materias primas sean de comercio justo.
La certificación Naturland Fair indica que los productos que estamos comprando son orgánicos y cumplen con criterios de responsabilidad social. Además de las exigencias de calidad de los productos y de las condiciones laborales de las personas empleadas también se promueve la inversión en proyectos medioambientales, culturales y sociales.
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