Hoy venimos a hablaros de elefantes, no porque Juan Carlos I ande suelto, sino porque hoy es el Día Mundial del Elefante; una fecha promovida por distintas asociaciones e instituciones para concienciar sobre su situación.
En la última década el número de elefantes en todo el mundo ha disminuido un 62% y desde 2011 mueren más elefantes de los que nacen. Se estima que a día de hoy sólo quedan 400.000 ejemplares africanos y menos de 40.000 asiáticos, especies amenazadas por el ser humano y la destrucción de su entorno por parte del mismo.
Además, la pérdida de elefantes también pone en riesgo a otras especies animales que conviven en sus ecosistemas, ya que estos paquidermos cumplen un papel fundamental en las estructuras naturales y su desaparición afecta a la biodiversidad de las mismas.
A día de hoy, en África hay más elefantes asesinados por su marfil que los que nacen. Pero la caza furtiva para conseguir los colmillos de este animal también se da en el continente asiático, donde el tráfico de marfil es extremadamente rentable. Cuantos más grandes sean los colmillos más apreciada es la pieza, motivo por el cual cazan a elefantes adultos dejando una gran cantidad de animales huérfanos de sus manadas que deben ser atendidos por personal especializado para asegurar su supervivencia.
Aproximadamente al día mueren 100 elefantes africanos asesinados por cazadores furtivos con el objetivo de conseguir tanto marfil como otras partes de su cuerpo con las que comercian en el mercado ilegal destinado al consumo humano y también a decoración. La caza de elefantes no sólo se desarrolla con armas de fuego, también con trampas y venenos que ponen en peligro a otras especies que no son el objetivo de los furtivos. En 2015 envenenaron con cianuro varios estanques en Zimbabwe para matar a más de 300 elefantes a los que después extrajeron el marfil.
Pero la caza no es la única amenaza a la que se enfrentan. Su entorno natural se ha visto perjudicado por la industrialización del ser humano: construcciones de carreteras, contaminación de ríos y estanques o los monocultivos de palma y árbol del caucho han destruido millones de hectáreas de bosques, praderas y sabanas. La falta de espacios donde poder vivir provoca que en muchas ocasiones los elefantes acaben entrando a zonas rurales donde consumen los cultivos y destrozan todo lo que encuentran a su paso, suponiendo un problema para la supervivencia de las comunidades agrícolas locales.
A esto hay que añadir un problema más específico al que se enfrentan los elefantes asiáticos, su utilización para actividades de entretenimiento para humanos. Se estima que en Asia unos 3.000 elefantes son utilizados como atracción turística, lo que implica retirarlos de sus madres cuando son pequeños, entrenarlos con dureza y una vida en malas condiciones alimentarias y sanitarias entre espectáculo y espectáculo. En muchas ocasiones los elefantes también son utilizados para trasladar grandes cantidades de madera y otros pesados materiales de construcción cuando no están entreteniendo turistas.
Los elefantes solo se encontrarán completamente a salvo cuando existan políticas de protección de los mismos y su entorno y se asegura el cumplimiento de estas medidas. Acabar con la caza furtiva y el comercio de marfil, proteger sus hábitats frente a los intereses de empresas multinacionales, educar sobre la importancia de los elefantes en los ecosistemas, promover una economía local y sostenible… son solo algunas de las áreas que requieren de trabajo para frenar la desaparición de los elefantes.
En nuestra mano, en cambio, tenemos otras formas de actuar. La primera y más obvia es no comprar nada de marfil, ni apoyar a marcas y comercios que lo hagan. Siguiendo esta línea también debemos informarnos sobre otros productos que consumamos y qué prácticas emplean las marcas que los fabrican, ¿utilizan productos de monocultivos? ¿provienen de zonas que podrían haber sido hábitat de los elefantes? ¡En la información está el poder!
Si quieres ayudar de forma más activa puedes buscar cómo colaborar con distintas asociaciones que trabajan sobre el terreno para proteger a los elefantes y que puedes encontrar haciendo click aquí.
¡Además, puedes hacer dos sencillas acciones online para arrimar el hombro! La primera, firmar la Promesa del Día Mundial del Elefante para mostrar tu apoyo a la causa (¡en Ecoturra ya lo hemos hecho1), la segunda, twittear con los hashtags #WorldElephantDay y #BeElephantEthical para informar a más gente sobre este problema y promover un turismo que no explote a estos animales.
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