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¿Dónde estaba el mar que ha desaparecido en menos de un siglo?

8 noviembre 2020

Los mapas no sólo son una guía para encontrarnos, sino también un historial de lo que fuimos y en lo que nos hemos convertido. Las consecuencias de la crisis climática provocada por la acción humana también dejan sus marcas en los mapas, que acaban recordándonos cómo era el mundo cuando los seres humanos respetábamos los ciclos naturales del planeta.

Si revisamos un mapa geográfico podremos comprobar como una gran mancha gris amarillenta se expande en una región que solía ser azul. Y no hace tanto que era de este color. En 1989 todavía era una gran masa de agua navegable aunque el abuso y la destrucción humana ya habían comenzado.

El lago que fue mar

Hace 66 millones de años el Mar Negro llegaba hasta el desierto de Asia Central. Con el tiempo las aguas se fueron retirando, pero en la depresión formada entre el norte de Kazajistán y el sur de Uzbekistán quedó un mar interior, el Mar de Aral.

Historicamente las civilizaciones persas y árabes navegaban este mar y utilizaban sus aguas para cultivos. En ellas existían más de 1.500 pequeñas islas que referencian su nombre: “mar de islas”. Y su extensión de 68.000 km² lo convirtió en uno de los cuatro lagos más grandes del mundo.

Pero a día de hoy apenas queda un 10% de la superficie de agua y se ha dividido entre un mar norte y uno sur. En lo poco que queda la salinización del agua ha aumentado al igual que la presencia de pesticidas y tóxicos. Las comunidades locales han abandonado la pesca y con ella sus hogares.

Para saber cómo se ha llegado a esta situación es necesario hacerse la pregunta, ¿cómo destruye el ser humano un mar?

La desaparición del Mar de Aral

El beneficio económico antes que la investigación científica

Los procesos de este mar interior, o lago salino, tienen ciertas particularidades geográficas e hídricas. El Mar de Aral recibe sus aguas de dos ríos, el Amu Daria por el sur y el Si Daria por el norte. A su vez la comunidad científica apunta a que el hecho de pertenecer al mismo sistema hídrico que el Mar Caspio hace que cuando uno de los dos se llena el otro se seca.

Estas conclusiones son recientes y poco exploradas, ya que el estudio sobre el Mar de Aral no ha sido del interés de los gobiernos de la zona hasta que ha supuesto grandes pérdidas económicas. Sin embargo, el desconocimiento de las peculiaridades de la zona no ha sido una traba a la hora de explotarla para obtener beneficios.

De la economía sostenible a la explotación sin freno

En 1959 la Unión Soviética estableció un plan de cultivo de regadío en el desierto de Asia Central. El objetivo principal era la producción de algodón que acabaría convirtiendo a Uzbekistán en uno de los mayores productores mundiales de esta materia.

Obviamente, cultivar algodón en el desierto es imposible sin una gran operación de trasvase de aguas. Así, la URSS desvió el caudal de los afluentes del Mar de Aral que en 1960 ya perdía unos 70 kilómetros cúbicos anuales de agua por esta operación. Con el paso de los años, a medida que la producción de algodón aumentaba el tamaño del mar disminuía.

Las poblaciones locales abandonaron la pesca y los cultivos locales para trabajar en el algodón, una industria que demandaba cada vez más recursos naturales y humanos.

Contaminación y muerte

El uso de fertilizantes e insecticidas en grandes cantidades con la llegada de las plantaciones de algodón ha hecho que el agua esté impregnada de tóxicos y que los niveles de sal hayan aumentado.

Pero no es la única fuente de contaminación del mar. La isla de Vozrozhdeniya se convirtió en un laboratorio y vertedero de armas bioquímicas. Como resultado tanto el agua como la tierra de alrededor del lago siguen suponiendo un grave problema de toxicidad para las personas que aún habitan la zona.

El polvo que se levanta de las zonas secas del mar provoca altas tasas de patologías pulmonares, mutaciones y cánceres en la población. La sal que queda en la tierra impide volver a los cultivos tradicionales.

Condiciones extremas y pueblos fantasma

En lo que antes era agua ahora sólo pueden encontrarse barcos varados. Cerca de lo que fueron puertos sólo quedan casas vacías. Sin la acción termorreguladora de la gran masa de agua el clima se ha vuelto extremo: los inviernos son más fríos y los veranos más secos y cálidos.

La escasez de agua dulce hace que la vida sea imposible. Los vientos dispersan los tóxicos a kilómetros y kilómetros de distancia. El ecosistema original del Mar de Aral ha sido catalogado como “colapsado” según la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza.

Responsabilidades y nuevos mapas tras la desaparición del mar

Ha pasado menos de un siglo desde que comenzara la salvaje explotación humana del Mar de Aral y este apenas existe ya. Kazajistán, Uzbekistán, Turkmenistán, Tayikistán, Kirguistán y el Banco Mundial llevan años diseñando planes y proyectos para devolverlo a su estado original. Pero eso ya es imposible.

La voluntad de intentarlo, en cualquier caso, tampoco se ha demostrado. Tras acordar destinar el 1% del PIB de cada país a recuperar el lago en 1994 los países olvidaron el tema y apartaron a un lado la cooperación.

Ahora el mapa prácticamente ha borrado el Mar de Aral y en su lugar vemos una mancha arenosa, sin conocer a simple vista la triste historia de destrucción de la vida que ha tenido lugar en la misma.

Tags: contaminación

1 comment

  • Jota. 11 noviembre 2020 at 17:30 - Responder

    El ser humano solamente ha evolucionado por y para la economía. Detrás de todas las investigaciones siempre está la sombra alargada de multinacionales susurrandoles a los gobiernos de turno proyectos infames sin mirar los destrozos que causan. Una barbarie. Una salvajada. Y si alguien levanta la voz para denunciarlo se les trata de ecologistas «histéricos». Este artículo vale de ejemplo de la devastación de nada menos que MARES milenarios. Yo seguramente podría haber colaborado mucho más por el planeta pero nunca es tarde para aprender e intentar rectificar los malos hábitos.
    No hemos sabido gestionar un planeta maravilloso y lo hemos hecho añicos.
    Ánimo y fuerza para tus denuncias !!!!

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